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Ruta Nacional Nº 1, Carretera Cañas-Liberia

Descripción de la actuación social y ambiental.

Necesidades detectadas:

Las emisiones de polvo se producen en todas las obras como consecuencia de las actividades propias de la construcción. No obstante, debido a la región en que se ubica la obra, estas emisiones se vieron acentuadas por la escasez de lluvias característica de la provincia de Guanacaste y la predominancia de un suelo silícico con poca materia orgánica que favorece la infiltración.
Otro problema detectado durante la realización de los trabajos fue el hecho de que los vehículos utilizados para el transporte de materiales en la obra generalmente no respetaban los límites de velocidad y, en ocasiones, estaban encendidos sin necesidad. Estas dos circunstancias contribuían a incrementar las emisiones atmosféricas, tanto en forma de gases de combustión, como en forma de polvo.

Soluciones adoptadas:

Para dar solución al problema de la emisión de polvo debida a los trabajos de la construcción se implementaron una serie de medidas paliativas. La primera de ellas fue establecer dentro de la obra el uso obligatorio de lonas durante el traslado de materiales. Otra medida llevada a cabo durante los trabajos fue el riego con agua de los caminos de la obra. Por otro lado, el problema relacionado con la velocidad excesiva de los vehículos y su encendido innecesario presentaba una dificultad añadida, ya que se trata de una vía de 50 km que además supone una de las principales rutas de comercio y turismo del país; con lo que el control de la maquinaria pesada que circulaba por la obra era muy complejo. La solución adoptada fue la instalación de un GPS en los vehículos y la elaboración de informes semanales, donde se incluían los vehículos que habían circulado con exceso de velocidad en base a los límites fijados: 80 km/h cuando llevaban hormigón, ya que las altas temperaturas de la zona podían afectar al material, y 60 km/h al resto de vehículos. Adicionalmente se contaba con refuerzos de señalización consistentes en un rótulo de velocidad restringida cada kilómetro y 500 m antes de cada desvío. Esta señalización se repetía cada 100 metros dentro de los desvíos.
Además, con el fin de reducir en mayor grado las emisiones de gases contaminantes debidos al transporte, se controlaron los vehículos que estuvieran estacionados con el motor encendido por más de 15 minutos. Estos sucesos también eran incorporados al informe elaborado por el Departamento de Seguridad.
A los conductores que superaron el límite de velocidad y/o mantuvieron el vehículo encendido sin necesidad durante un tiempo excesivo se les llamaba la atención por escrito. Esta situación podía darse hasta tres veces por conductor, una vez llegados a este punto, se consideraban reincidentes y eran sacados de la obra.

Resultados:

Las emisiones de polvo durante la construcción se redujeron considerablemente, alcanzando el objetivo fijado, gracias tanto a las buenas prácticas implantadas como al control de la velocidad de los vehículos de la obra. Este control de la velocidad, junto con el control del tiempo de encendido innecesario de motores, se tradujo en una disminución de la cantidad de combustible consumido, lo cual supuso una reducción de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.