Alpine Bau GmbH ha construido en Linz, en el lugar que ocuparon las instalaciones de una industria química, una planta de mezclas asfálticas dotada de la tecnología más moderna y respetuosa con el medio ambiente. Su construcción ha supuesto una inversión de seis millones de euros.

En esta nueva planta se pueden producir todo tipo de asfaltos especiales, utilizando la más avanzada tecnología. La ubicación de la planta, muy cercana a las autopistas A7 y A1, permite el suministro a la ciudad de Linz y al distrito de Mühlviertel sin necesidad de recorrer grandes distancias.

La producción de asfalto paso a paso

Cuando llega a la planta, la gravilla se almacena en silos, cuya capacidad total es superior a las 7.000 toneladas. Después se traslada a los tanques de secado, donde se seca a 200 °C aproximadamente, para llevarla a continuación a la criba y, de ahí, a una tolva de transporte. Tras la criba, la gravilla se reparte en 12 contenedores diferentes, en función del tamaño del grano.

Para elaborar el asfalto, se añade la gravilla al mezclador, dependiendo de la composición requerida, se inyecta el betún y se mezcla con la gravilla, durante unos 40 segundos. Posteriormente la mezcla se carga en los camiones de transporte que se cubren con una lona o se transporta hasta el emplazamiento en camiones isotermos.

El polvo y los vapores de betún acumulados se eliminan con un sistema de ventilación integral dotado de filtros y se reciclan. Además la planta está totalmente cerrada para reducir las emisiones acústicas. Para no agotar los recursos naturales, en la producción se utiliza asfalto reciclado, que es el que se obtiene removiendo el antiguo asfalto de las carreteras y triturándolo.

La planta tiene capacidad para fabricar hasta 240 toneladas de asfalto por hora y la energía que utiliza es gas natural. El asfalto es una mezcla de áridos minerales donde el betún de petróleo actúa como aglutinante, en una proporción de 93-96% de árido y 4-7% de aglutinante.