Bernardo Teixeria, country manager de RRC, participó el pasado 06 de noviembre, en el evento “making global goals local business-Iberia”, organizado por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la Red del Pacto Mundial de Portugal y la Red del Pacto Mundial de España.

El acto convocó en Lisboa, a los principales lideres de las empresas más punteras  de Portugal, a distintos miembros del gobierno del país, con el objetivo de dirigir la acción colectiva hacia los Diez Principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Sin duda el evento ha constituido una oportunidad para que las empresas, como RRC, que desempeñan un papel activo en el cumplimiento de los ODS, expongan la solución más innovadora en gestión de los recursos hidricos así como energía sostenible, implantando buenas prácticas. 

RRC participó en la mesa redonda “Cutting Edge Efforts to Safeguard Iberia’s Water & Clean Energy Sources: SDGs 6 & 7 in focus” , junto con el presidente de Aguas de Portugal. 

RRC como empresa responsable, entiende los diferentes contextos sociales, ambientales y económicos en los que se desarrollan sus actividades, y avanza para conseguir una construcción más sostenible y respetuosa con el entorno. Así, incorpora la sostenibilidad en la estrategia de la compañía como parte de su estructura, de forma integral, enlazando los tres pilares de la sostenibilidad, económico, social y ambiental, en cada proyecto y de forma transversal en la empresa.

Precisamente por la naturaleza de la actividad constructora, una de las líneas de actuación más sólidas de RRC es el impulso de la sostenibilidad en la construcción no solo mediante el análisis del comportamiento ambiental de la compañía, sino también con la participación en el desarrollo de directrices que ayuden a las empresas del sector de la construcción a seguir este camino.

RRC es consciente de que sus actividades generan impactos ambientales y sociales en los entornos en los que se llevan a cabo. Conocer y medir estos impactos constituye el primer paso para establecer estrategias orientadas a minimizarlos.

Con el objetivo de reducir al máximo su huella ambiental y establecer prioridades de actuación, desde el proceso de planificación integrada de cada obra se procede a identificar los aspectos ambientales, primero identificando los potenciales impactos, y después evaluando la magnitud de éstos, cantidad de contaminación o alteración, para identificar los más significativos. En este proceso se tiene en cuenta, además, la sensibilidad del entorno en el que se desarrolla el proyecto.