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Tranvía de Zaragoza

Descripción de la actuación social y ambiental.

Necesidades detectadas:

El Proyecto, tanto el de licitación como el de construcción, planteaba como única gestión para los RCDs resultantes de las operaciones de demolición del pavimento y de alguna estructura existente, su eliminación mediante depósito en vertedero autorizado.

La cantidad prevista de estos residuos ascendía a más de 115.000 m3 y el único vertedero contemplado por la legislación autonómica para el ámbito de Zaragoza está situado a más de 40 km. de distancia de la ciudad. Estas cifras suponían poner en circulación, en una vía ya de por sí saturada por tráfico pesado como es la N-232, del orden de 10.000 camiones tipo bañera, con la consiguiente afección al tráfico de esa vía, el elevado consumo de combustibles fósiles y, por tanto, la elevada emisión de gases de efecto invernadero, todo ello, además, con el trasfondo de un alto coste económico para la obra.

Soluciones adoptadas:

FCC Construcción planteó un Plan de Gestión de Residuos a la Propiedad, en el que proponía la valorización de estos RCDs, en concreto restos de hormigón y aglomerado asfáltico, en una parcela cercana a la obra. Esta actuación evitaba tanto el traslado de los RCDs a vertedero, como el transporte de áridos vírgenes desde cantera, ya que los escombros procedentes de la demolición se reciclaron en áridos para su empleo en rellenos de la propia obra.

El Plan de Gestión de Residuos fue aprobado por la Dirección de Obra y se comenzó con las operaciones de separación en origen de estos RCDs, procediendo al acopio de tierras, asfalto y hormigón y a la entrega a gestor autorizado del resto de RCDs que no iban a valorizarse en la propia obra (maderas, acero, plásticos, etc.). Asimismo, se tramitaron los permisos y autorizaciones pertinentes para la actividad de valorización.

Actualmente, se está procediendo a la trituración de los restos de hormigón y asfalto, obteniéndose unos áridos de calidad suficiente para ser utilizados en rellenos tipo terraplén, en rellenos de zanjas e incluso como zahorra artificial para la base de la plataforma del tranvía.

Resultados:

Esta experiencia nos demuestra que en muchos casos las actuaciones más favorables desde el punto de vista ambiental son también las más viables económicamente. En definitiva, estamos ante un claro ejemplo de ejecución sostenible de la obra, que ha conseguido:

  • una estimable reducción en el consumo de recursos naturales, ya que al emplear material reciclado en la propia obra no va a ser necesario extraer áridos de préstamos o canteras para realizar los rellenos de la segunda fase de las obras (en total está previsto emplear del orden de 90.000 m3, que corresponde al 75% del total de los rellenos de esta fase).
  • una reducción considerable en el consumo de combustibles fósiles, al no tener que trasladar los residuos a vertedero y no tener que traer el árido para los rellenos de canteras o préstamos alejados de la obra.
  • una reducción de las emisiones de CO2, al reducir la distancia recorrida por los vehículos.
  • una reducción del tráfico pesado en la N-232 y en las vías hasta los préstamos.
  • una reducción en el volumen de vertederos empleados.
  • y como consecuencia de todas las anteriores, una apreciable mejora económica en el resultado de la obra.